Admítanlo: Todo Yogi tiene una postura de Yoga favorita y otra que no le gusta tanto. Con esto no me refiero a esa asana que no puedes practicar por diversos motivos (como de salud por ejemplo), sino con esa que al practicarla, no te gusta y te pasas pensando en tu favorita, en vez de concentrarte en la que estás. A mi me pasó y sin embargo, terminé adorando esa postura. En las siguientes líneas te cuento cómo logré hacerlo.
Foto por Andrea Gianella.